Comarca de Gordón

[Yosco]

Artículo 39º Cuando en los pueblos de este Ayuntamiento hay algún enfermo grave, es muy corriente la costumbre de reunirse junto a la cama del mismo, todos los íntimos y todos los vecinos, ofreciéndole cigarros si es hombre y golosinas si es mujer. A la par, suelen estar en la casa también todas las comadres del pueblo, preparando pócimas que, según ellas, curan mejor que los remedios médicos. Tales costumbres son en absoluto contrarias a la higiene. La mucha gente en la habitación del enfermo, le vicia el aire, le enerva y le priva del descanso, y a la vez, los que allí están aglomerados, pueden contagiarse, y por consecuencia de esto declararse una epidemia en el pueblo.


Leyendo este artículo y considerando la anécdota vivida en clase hace un par de días, se me ocurre que podríamos intentar contar y recopilar buen número de costumbres conocidas de nuestra infancia o que nos contaron, como los modos de curar de los pastores, maneras de combatir la fiebre, atacar la tos y los catarros, curar heridas, etc. remedios caseros practicados, unas veces, ante la imposibilidad de acceder a la asistencia médica; otras veces, por pensar -como se dice en el artículo- que eran mejores remedios que los de la medicina oficial.

La anécdota a la que me refiero se produjo cuando descubro a un niño con el índice de la mano izquierda todo ennegrecido y que lo mantenía derecho. Le pregunté por ello y me dijo que se había cortado con un cuchillo. Aunque lo veía muy oscuro, quise pensar que sería betadine; aún así insistí. ¿y quién te lo curó? ¿qué le pusiste en la herida?. Me respondió que su padre le había echado café en la herida abierta. ¿Café?, le dije; sí -respondió- los polvos. Me quedé algo perplejo, pero pensé que tal vez los povos del café tengan cualidades cicatrizantes. Aún así, pensando en la herida abierta y el riesgo de infección, continué: ¡Ah, bueno, pero antes habrás ido al lavabo y te habrás lavado con agua y jabón la herida! No, respondió serio, mi padre me mandó al retrete. ¿Al retrete? ¿A qué?. A que me pusiera encima... y después de un momento de duda y cuando ya me imaginaba la situación, continuó: a que me orinara encima... ¿Y después te puso los polvos de café?. Sí, añadió. Pero, ¿no te pusiste alcohol, o betadine...? No tenemos de eso, me dice.

Pues os podéis imaginar la cara de desconcierto que se me quedó mirando aquel dedo ennegrecido por el orín y los polvos de café. Lo pensé un poco, pues en las escuelas tenemos prohibido hacer ningún tipo de curas ni administrar ningún medicamente, pero no pude resistir la situación y me lo llevé al botiquín, le hice lavarse bien la herida -que, por cierto empezaba a cicatrizar y no presentaba signos de infección-, le apliqué desinfectante y se la dejé al aire para que terminara de secar y se cerrara.

Ya no sé si hice bien o mal. Comentándolo con otros compañeros me dijeron que ellos hubieran llamado al médico del colegio, que hubieran llamado al padre o que lo hubieran comunicado a la dirección del centro, todo ello para evitarse complicaciones y responsabilidades. Tal vez hubiera sido mejor hacer cualquiera de las cosas que me aconsejaron, pero en aquel momento no pude evitar hacer lo que hice.

Salud.

[PJLS]

Se me ocurre pensar que la orina era utilizada como desinfectante y el café como cicatrizante, pero tampoco sé la efectividad real de este método, o si realmente estropea más que cura.

De todos modos estoy seguro de que en ese caso los preparados comerciales eran más efectivos, y las heridas hay que lavarlas aunque se use un desinfectante.

Lo que sí puedo decir es que en la Facultad de Veterinaria, tratando unas heridas serias en caballos, hemos utilizado compresas cubiertas de miel. La finalidad era prevenir la infección, puesto que el elevado contenido en azúcares impide la supervivencia de las bacterias (extrae su agua por ósmosis).

[prejub]

No se si existirá la telepatía, pero algo debe de haber, os comento:
Hace unos días viendo la herida que tenia en la mano una camarera, zona de unión del pulgar con la misma mano y dejando que la molestaba bastante , ya que en su trabajo las manos suelen estar casi siempre en contacto con la humedad...con mi ironía acostumbrada la deje ver que no estaría nada mal que la curara con orín, a lo cual me mando a hacer puñetas y otras cosas que no puedo transcribir,...de paso nos vino el recuerdo de Paco Rabal en Los Santos Inocentes (con su Milana bonita...), cuando se regaba las manos para atacar el frío, pero esto es lo de menos , lo que si parece ser, es que el orin es un buen desinfectante según los naturistas....
El problema es que existió Alexander Fleming y me suelo guiar por sus conocimientos.
Amigo Yosco entiendo totalmente porque no seguiste el reglamento... hubiera hecho lo mismo.
_________________

[Villarín]

Capítulo XIII
Infracciones y penalidad

Artículo 44º Tan luego como este reglamento sea aprobado por el Ayuntamiento y por la superioridad, se imprimirá, entregando después a cada vecino del municipio un ejemplar, para que desde luego se lleven por todos a la práctica, en bien de la salud pública, cuantas disposiciones en él se contienen.

Artículo 45º En atención a que todas las faltas cometidas contra las disposiciones de este Reglamento, constituyen, puede decirse, atentados a la salud pública, deberán siempre ser castigadas, por los presidentes de las Juntas vecinales o por el Alcalde, o bien por el Sr. Gobernador Civil, o Tribunales de Justicia, según proceda, con el máximun de la multa que las leyes vigentes autoricen.

La Pola de Gordón y agosto 8 de 1925.- Por acuerdo de la Junta Municipal de Sanidad.- El Inspector Municipal de Sanidad, Julián �lvarez Miranda.

Aprobado por el Ayuntamiento en la sesión de este día. La Pola de Gordón, agosto, 16 de 1925.- El Alcalde, Manuel Abastas.

Hay dos sellos que dicen: “Alcaldía Constitucional-La Pola de Gordón.- Junta Provincial de Sanidad, León".

La Junta Provincial de Sanidad, reunida en sesión el día 5 de febrero de 1926, examinó este Reglamento y acordó aprobarlo salvo el art. 8º que únicamente, se podrá llevar a efecto sin previo el análisis bacteriológico y químico de las aguas si no alteran su composición en el primer pueblo que las utilicen para bebida.

León, 20 de febrero de 1926.- V.º B.º.- El Gobernador-Presidente, Río.- El Inspector principal de Sanidad-Secretario.- José Vega.

FIN

[gurdunium]

[Rodríguez]

Amigo Villarín:

Le agradezco la transcripción de este documento tan importante y que me ha parecido muy interesante. Pienso que las autoridades si utilizaban mano dura con los habitantes, pero quizá era la mejor forma para enseñarlos a llevar una vida mas limpia y sana. También creo que la gran parte de lo que se dice en esta Memoria debería implementarse en muchos países del mundo actualmente.

Gracias

Adriana
_________________
Rodríguez

[Villarín]

Amiga Adriana:

El documento trascrito contiene un arsenal precioso de datos importantísimos y juicios atinados sobre la situación higiénico-sanitaria de la época en nuestra comarca; por lo demás, se trata un documento a la vez prescriptivo (es un Reglamento, una norma jurídica) y descriptivo. A más, está bien escrito y es claro en su exposición y explícito en los remedios; en él hay diagnóstico, pronóstico y tratamiento, y claro, sanción, ante el incumplimiento de sus disposiciones. En fin, un minitratado de sociología sanitaria local, de salud pública acomodado al objeto de su regulación.

Y no va más, sino gracias por sus amables palabras, y reciba un saludo afectuoso, con mis mejores deseos para usted.

Villarín

[Villarín]

La fuente normativa del Reglamento Sanitario de Gordón, y, en España, de todos los demás de esta naturaleza y finalidad, está en el Real Decreto aprobando el Reglamento de Sanidad Municipal de 1925, publicado en la “Gaceta de Madrid� núm. 48, de 17 de febrero de 1925, páginas 726 a 733 (8 páginas). A propuesta del jefe del Gobierno, y presidente del Directorio Militar, Miguel Primo de Rivera y Orbaneja, el Reglamento de Sanidad Municipal se presentó a sanción de rey Alfonso XIII, que lo aprobó el 9 de febrero de 1925, publicándose en la fecha mencionada. Para el curioso, en Internet puede verse escaneado el texto original de la precitada disposición legal.