Yosco
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Publicado: Mie Abr 16, 2008 12:13 am T韙ulo del mensaje: Un cuento de Alfonso X el Sabio. |
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Cuento recogido por Alfonso X el Sabio en el Libro de Calila e Dimma, traducci贸n del Panchatantra
Sobre el religioso y el can. Cuento del hombre que hace las cosas sin pensarlas al regresar a su hacienda
Dijo el rey al fil贸sofo: 鈥淵a o铆 este ejemplo -cuento VII- y lo entend铆; cu茅ntame ahora el ejemplo del hombre que hace las cosas sin albedr铆o y sin pensamiento y que retorna a su hacienda鈥.
Dijo el fil贸sofo: 鈥淓l que hace sus cosas sin pensar siempre se arrepiente, y esto se asemeja al ejemplo del religioso, del perro y de la culebra鈥.
Dijo el rey: 鈥溌縔 c贸mo es el cuento?鈥.
Dijo el fil贸sofo: 鈥淒icen que en tierra de Xorxen, hab铆a un hombre muy religioso que ten铆a una esposa que tard贸 largo tiempo en pre帽arse; cuando al fin consigui贸 quedarse embarazada, su esposo, muy gozoso, le dijo:
-Al茅grate, pues por Dios que parir谩s un hijo var贸n, cumplido de sus miembros, con que nos alegremos y del que nos aprovechemos; as铆, quiero buscarle un ama que lo cr铆e, y buen nombre que le ponga.
A lo que dijo la esposa:
-驴Por qu茅 hablas lo que no sabes? Calla y conf贸rmate con lo que Dios te diere; que el hombre entendido no afirma las cosas inciertas, ni juzga las venturas, pues esto solo lo hace Dios, y que sepas que quien quiere contrastar las venturas y juzgar las cosas antes de que sean, le sucede lo que le acaeci贸 al religioso, que verti贸 la miel y la manteca sobre su cabeza.
Dijo el marido:
-驴Y c贸mo fue eso?
Dijo la esposa:
-Dicen que un pobre cada d铆a sal铆a a pedir limosna a casa de un mercader rico, pan y miel y manteca y otras cosas de comer. Y com铆a el pan y los otros comestibles, pero guardaba la miel y la manteca en una jarra, y la colgaba a la cabecera de su cama, hasta que un d铆a se llen贸 la jarra. Y sucedi贸 que se encareci贸 la miel y la manteca, y estando una vez sentado en su cama, comenz贸 a hablar entre s铆 y dijo as铆: 鈥榁ender茅 lo que est谩 en esta jarra por tantos maraved铆es, y comprar茅 con ellos diez cabras, y cuando est茅n pre帽adas parir谩n al cabo de cinco meses鈥. E hizo cuenta de esta guisa, pero pens贸 que necesitar铆a cinco a帽os para conseguir cuatrocientas cabras. As铆 dijo: 鈥楲as vender茅 y con los maraved铆es comprar茅 cien vacas, por cada cuatro cabras tendr茅 una vaca, y tendr茅 simiente, y sembrar茅 con los bueyes, y con los becerros y con las hembras tendr茅 leche, y antes de los cinco a帽os pasados tendr茅 de ellas y de la leche y de las mieses algo grande, y labrar茅 muy nobles casas, y comprar茅 esclavos y esclavas; y hecho esto, me casar茅 con una mujer muy hermosa de gran linaje y noble, y tendremos un hijo var贸n cumplido de sus miembros, y le pondr茅 muy buen nombre, y le ense帽ar茅 buenas costumbres, y le castigar茅 con los castigos de los reyes y de los sabios, y si no recibe castigos ni ense帽amiento, le pegar茅 con esta vara que tengo en la mano para hacerle mucho mal鈥. Y diciendo esto alz贸 la mano y la vara, y dio con ella en la jarra que ten铆a en la cabecera de la cama, quebr谩ndose y derram谩ndose la miel y la manteca sobre su cabeza. As铆, t煤, esposo bueno, no quieras hablar ni armar lo que no sabes que ser谩.
As铆 pari贸 la esposa un hijo cumplido de sus miembros, y fueron muy gozosos con 茅l.
Y sucedi贸 un d铆a que se fue la madre a un recado, y dijo al marido:
-Cuida a tu hijo hasta que yo vuelva.
Y la esposa se fue, y estuvo 茅l poco tiempo en casa, pues se le antoj贸 que ten铆a que hacer alguna cosa que no pod铆a excusar, y dej贸 para que guardase al ni帽o un can que hab铆a criado en su casa. Y el can lo guard贸 cuanto pudo, pues estaba bien ense帽ado. Pero hab铆a en la casa una cueva con una culebra negra muy grande que sali贸 para matar al ni帽o. Y el can cuando la vio salt贸 hacia ella mat谩ndola y lo ensangrent贸 todo.
Al volver el hombre de su mandado, sali贸 el can a recibirlo a la puerta con gran gozo, mostr谩ndole lo que hizo, pero 茅l, cuando vio al can todo ensangrentado, perdi贸 el seso pensando que hab铆a matado a su hijo, y dio tal golpe al can hasta que lo mat贸, y despu茅s entr贸 y hall贸 al ni帽o vivo y sano, y a la culebra muerta y despedazada, y entendi贸 lo que realmente sucedi贸, y comenz贸 a llorar y a arrepentirse.
Y estando en esto entr贸 su esposa y le encontr贸n llorando, y le dijo:
-驴Por qu茅 lloras y qu茅 es esta culebra que veo despedazada y tu can muerto?
Y 茅l le cont贸 lo que le sucedi贸 con el can y la culebra, y su mujer le dijo:
-脡ste es el fruto del apresuramiento, y del que no mide la cosa antes que la haga, y que sea bien cierto: arrepentirse cuando no tiene remedio. |
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