Comarca de Gordón

[Yosco]

Aportación de Villarín en el foro anterior de un personaje importante para nuestra Historia:

DON AUDELINO GONZ�LEZ VILLA: VETERINARIO DE LA POLA, ESTUDIOSO DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS, Y GRAN COLECCIONISTA DE BIBLIAS, M�S DE 15.000 MIL (I)

Hoy, os voy a hablar de un hombre sorpresa, para mí. Cuando lo conocí, con recuerdo efectivo de su persona, era la época de finales de los años cincuenta, primeros de los sesenta, sin que pueda determinar más; él acaso ya frisaba los sesenta años, y yo era un niño de seis o siete años. Estoy refiriéndome a don Audelino González, que fue durante muchos años, a partir de 1951 y hasta su jubilación (murió a los 83 años, el día 4 de noviembre de 1984), el veterinario de La Pola de Gordón, aquel señor al que mi madre llevaba en el mes de noviembre de cada año y yo la acompañaba, las muestras de “la matanza� que hacíamos en casa, para analizar la sanidad de los animales sacrificados; durante años, matábamos un gocho, a veces, también ovejas y castrones; el gorrino lo criábamos en lugar adecuado, con pertinente cubil, y con la correspondiente higiene y salubridad; los ovinos y caprinos los adquiríamos a tal fin en la feria de ganado que, por aquellas fechas, se hacía los jueves en torno al puente (la zona de la actual discoteca y asimismo por el arenal), en La Pola.

Una vez que mis padres sacrificaban los animales, y con la mayor naturalidad hacían las oportunas trazas sobre éstos, y acreditada la sanidad de los mismos, en casa se procedía a hacer los chorizos, las morcillas, a embutir los lomos, etc., y los jamones y paletillas se salaban y posteriormente se curaban con humo de leña de roble y, llegado el momento, se oreaban; lo típico de la matanza tradicional leonesa; días deliciosos en que disfrutábamos mucho, con el entero rito. Se me está haciendo la boca agua, pensando en el picadillo de la carne magra del cerdo, que se picaba para hacer unos chorizos maravillosos, como nunca más he vuelto a comer.

En aquel tiempo, tuvimos un pequeño zoológico doméstico: cerdo, ovejas, gallinas, conejos, palomas, jilguero, canario, gato, perro y hasta dos grillos, que alimentaba con trébol; ocasionalmente, también teníamos un asno, propiedad de mi abuela, que se llamaba “el rubio�, y que bajábamos de Los Barrios para acarrear leña, cuando se permitía la corta. Algún año poseímos tres ovejas, que recuerdo echamos al rebaño común del pueblo (vecera) y, luego, por la tarde, a la vuelta del pastoreo, las recogíamos a la salida del puente de La Pola, que hacía de embocadero; allí cada cual se hacía cargo de las suyas, y las llevaba hasta sus respectivas cuadras. Yo, con las mías, doblaba la esquina de la tienda de Miro, subía por la cuesta del caño de la cárcel, y andando hasta casa. Una de estas ovejas llevaba en el pescuezo una cencerra de cobre, que iba sonando a cada paso. La esquila, ahora silente, quizá esté aún por algún cajón de la casa del pueblo.

El veterinario, durante algún tiempo tuvo su despacho y laboratorio muy cerca de mi casa (a unos 50 metros), en la calle de La Cuesta, hoy calle del Poeta Eduardo �lvarez; luego se estableció en algún piso de la casa que denominamos ordinariamente, para entendernos, de Parrado. En 1970 partí para Madrid, y ya nunca supe del mencionado veterinario, hasta que muchos años después, en el Diario de León del día 6 de agosto de 2000, me encontré con dos páginas enteras (14 y 15), de la Revista de dicho periódico, que conservo, dedicadas a glosar la figura de don Audelino González, dando razón de su vida y avatares, con 6 fotografías, con texto que firma Miguel �ngel NEPOMUCENO, y que lleva por título general: EL HOMBRE QUE AMABA LA BIBL�A.

La sorpresa a la que aludí, estriba en que yo ignoraba casi todo de lo que a continuación trascribo, sobre su vida e itinerario espiritual, y suponiendo que quizá muchos de vosotros también lo ignoréis, me ha parecido oportuno rescatar el trabajo precitado de Nepomuceno, que nos permite acercarnos a la figura relevante de Audelino González que, aunque no fuera nativo de Gordón, fue un hombre bueno que vivió muchos años entre los gordoneses, cuidando directamente de la sanidad de nuestros animales y, por ende, al cabo, también de nuestra salud. Por ello merece nuestro recuerdo y gratitud, en estas páginas del Foro de Gordón.

En el referido trabajo periodístico, sobre Audelino González, se dice, y así comienzo la transcripción, que: “Sesenta años son muchos para dedicarlos al estudio de cualquier disciplina y mucho más si, como en el caso que nos ocupa, están dirigidos a difundir la palabra de Dios, al estudio de la Biblia y a reunir en su extensa biblioteca todas las ediciones posibles en cualquier idioma y época del libro de los libros.

�Para Audelino González, aquel veterinario leonés, culto y devoto que le gustaba jugar al escondite con la eternidad, significó algo más que un hobby vocacional para el que había nacido, fue el descubrimiento de un mundo nuevo lleno de sugerencias y sabiduría.

�A lo largo de sus 83 años de vida, de una vida llena de sacrificios –fue encarcelado y depurado por militante activo de la Iglesia Evangélica-, de renuncias y de amor hacia los demás, el predicador del Puente de Villarente curó no sólo almas enfermas sino cuerpos destrozados de animales y de personas que sin su ayuda hubieran fallecido entre grandes sufrimientos. Casado con Abigail Vidal en 1927 con la que tuvo cinco hijos, la boda se celebró en el Consistorio viejo, siendo la primera unión que se celebraba en León por lo civil.

�Admirado y querido por aquellos que lo trataron asiduamente como Justino de Azcárate, Miguel de Unamuno, Félix Gordón Ordás o Benito Pérez Galdós que le dedicaron algunas de sus obras más significativas, su fama como veterinario, pero sobre todo como bibliófilo, traspasó las fronteras de su ciudad y provincia para entrar a formar parte de un selecto grupo de coleccionistas de libros específicamente dedicados a una materia como es la Biblia en general y los temas hebreos y judíos en particular, de los que llegó a ser una autoridad mundial, reuniendo en su selecta biblioteca más de 15.000 ejemplares, mil de los cuales eran Biblias editadas en las más variadas lenguas, épocas y escritas por las manos más controvertidas. Ejemplares únicos de valor incalculable como la famosa Biblia del Oso de 1569; la primera traducción de las Sagradas Escrituras realizadas al castellano por Casidoro de Reyna; la Biblia de Ferrara de 1533, que es la primera traducción al español llevada a cabo por un judío llamado Abraham Usque, cuya familia procedía de Zamora, o la más apreciada por el ilustre veterinario, la del padre Petit de 1756, se aprieta aún en su valiosa biblioteca bajo el delicado cuidado de sus dos hijas Lydia y Elena quienes en unión de sus otros hermanos Rodolfo y Alfredo son los que han mantenido vivo ese impresionante legado de sabiduría y fe".

Los capítulos restantes serán los siguientes: LAS BIBLIAS DEL EXILIO (II), LA BIBLIA DE LA LUPA (III) y, finalmente, UNA VIDA CONSAGRADA AL ESTUDIO (y IV).

[Yosco]

Este personaje de gran peso cultural e intelectual en Gordón, del que he traído en la entrega anterior parte de la semblanza e historia aportadas por Villarín, está registrado también en el subforo Apuntes para la Historia de Gordón, donde podéis seguir el hilo de las aportaciones que complementan esta primera y a través de las cuales, magistralmente recogidas por Villarín, podemos hacernos cuenta cabal de la importancia de esta persona y calado humano de este hombre que compartió vida, trabajo e inquietudes con los gordoneses. Merece la pena su lectura.

Si alguien pudiera, no obstante, aportar nuevos datos, anécdotas o noticias sobre el mismo, pues estaríamos la mar de felices de conocerlas y disfrutarlas.

Salud.

[gurdunium]

[Yosco]

[gurdunium]

[prejub]

Amigo Gurdunium, nada mas que agradecerte estas aportaciones tan interesantes, no se como expresar mi sentimiento y creo que la mejor forma es hacer copia de los primeros vocablos del programa...Un fascinador e impresionante espectáculo ...
Ahora empiezo con las dudas
¿Audelino o Laudelino?, como sabrás, fue Pastor de la Iglesia Evangélica de Toral de los Guzmanes (la tierra me llama)
Viendo el posterior listado de personajes tan ilustres y que comienza precisamente por aquellos que cuidaron de nuestros cuerpos, Don Fabián Y Don Jesús, la esperanza de poder sentirse gratificado se presenta muy positiva.
Gracias de nuevo
Ah!... no podrías hacer traducción simultanea, porque me quede en Dominus-i y poco más
_________________

[gurdunium]

[prejub]

No esta nada mal volver al pasado en la enseñanza, pero que nada mal...si un día nos debatíamos con "La famille Martin" dentro de sus peripecias, donde nos dejaron ver que une voiture, era un coche...y tantas cosas más, después pasado algún tiempo conseguimos enamorarnos de "La Pulcra Leonina", primero por hacer patria y segundo porque las enseñanzas del Magíster fueron las adecuadas, para reconocer las características en los diversos artes, aparte de que tenia un gran problema con el Latín y de eso podría hablar más claro tu compañera Hortensia, conmigo no lo pudo conseguir, por más que insistió.
Volver ahora de nuevo a escucharte, mejor dicho a leerte y creo no confundirme, con mejor información y sobre todo con mas ganas, por tu parte no lo sé, aunque intuyo que así es, por la mía puedes estar muy seguro que si.
En aquellos tiempos esto se llamaba peloteo, hoy día digo lo que siento y ante esto, que digan lo que quieran porque es lo que sale de muy dentro.
Merci monsieur le professeur
_________________

[Yosco]

[gurdunium]

[Villarín]

Amigo Gurdunium:

Después de saludarte, dos palabras: ¿tendrías la bondad de decirnos dónde se encuentra ubicado el Archivo Municipal, en La Pola? ¿Podrías hablarnos algo de sus características? ¿Desde cuándo hay documentos ordenados y clasificados? ¿Quién es el archivero? ¿Quiénes vienen usándolo, aparte de ti? Los dos programas que mencionas, de 1956 y 1930, respectivamente de las Fiestas del Cristo y del Buen Suceso, ¿se pueden hallar en el archivo municipal, verdad?

Tengo curiosidad en saber cuanto queda dicho, y seguro que tú estás en buena disposición para darnos esa información, si tienes a bien y, desde luego, cuando buenamente puedas, pues no corre prisa saber lo interesado.

El artículo, al que aludes, de don Ignacio Gutiérrez: "La Montaña Leonesa, lugar de turismo", tuve ocasión de ponerlo en este Foro, con motivo de las Fiestas del Cristo; el de Laudelino González Villa, lo has traído tú ahora, viniendo a enriquecer lo ya aportado; y bien, poco a poco, acaso una vez a la semana, pudiéramos (en realidad, pudieras, si tu trabajo te lo permite) ir poniendo los artículos de los restantes colaboradores señalados del programa de 1956, que se adivinan prometedores, por la calidad de sus autores; pero, de hacerse, convendría un orden y sistema, pues, de lo contrario, en el Foro todo acaba entreverado y sepultado, con dificultad para su posterior búsqueda. Quizá, de llevarse a cabo este propósito, lo mejor fuere dejar bien diferenciado cada autor, con su artículo, en epígrafe independiente, dentro de este índice; naturalmente, lo que digo es sólo una opinión, la mía, que cede ante cualquier otra mejor fundada y más razonable.

Te quedo muy agradecido.

Villarín

[gurdunium]

[Villarín]

Gracias, amigo Gurdunium, por la prontitud de tu contestación y por la exactitud de la información dada, que ha satisfecho plenamente mi curiosidad. Por lo demás, mucho aprendo de tus colaboraciones en este Foro, verdaderos obsequios, que a mí tanto me ilustran, con provecho, dado lo mucho que ignoro de la historia de nuestro terruño. Por tus estupendas aportaciones, llenas de interés, fruto de un trabajo fecundo y erudito, he advertido que eres un gran explorador y un gran buzo de nuestros archivos, además de un consumado especialista, en la empresa de conocer las cosas sustanciosas de Gordón, en las que acreditas versada autoridad. También, mi enhorabuena más franca, por esa desinteresada tarea que desenvuelves como archivero municipal, labor que me parece admirable, en orden a poner el archivo al día, pues, un archivo es siempre un tesoro.

Y no va más, sino un cordial y agradecido saludo,

Villarín