Yosco
Registrado: 14 Abr 2007 Mensajes: 2234 Ubicaci髇: Leioa (Vizcaya)
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Publicado: Dom Sep 02, 2007 10:48 pm T韙ulo del mensaje: Las dos orillas del Bernesga. |
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Las dos orillas del Bernesga.
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El tiempo, que todo lo mueve, pasa como las aguas del Bernesga que -como dec铆a Maximino Guti茅rrez en su intervenci贸n en la apertura del III Encuentro de J贸venes Gordoneses de los 60- siempre son distintas, aunque el r铆o es el mismo, permanece amarrado a sus dos orillas y a la orilla nuestra de la memoria. La orilla del ayer y la orilla del hoy, la orilla del ma帽ana... Ya no estoy seguro de cu谩ntas orillas puede tener un r铆o cuando contemplo nuestro Bernesga.
Desde la represa de la antigua y derruida f谩brica de harinas, el r铆o sube hacia el pueblo mientras deja escapar sus aguas desbordando el muro de contenci贸n hacia el destino de sus encuentros con otros r铆os y, luego, el mar. Su orilla derecha fue recreci茅ndose de chopos y salguerales apegados a la vega; por la orilla izquierda le crec铆an las huertas entre las casas que por su parte delantera se abr铆an a la carretera que fue nacional hasta quedar convertida en calle, despu茅s de construirse la desviaci贸n por encima del pueblo, para pasar al pie de los pinos y del cementerio.
A la orilla izquierda le ha salido otra calle, un paseo que se trag贸 las antiguas huertas y los salguerales, adem谩s de algunos chopos. Y le crecieron casas nuevas, de ladrillo, respetuosas con la altura aunque sosas en su trazado tan rectil铆neo al lado sinuoso de la orilla del Bernesga y las monta帽as que cierran la vista del pueblo.
Pasan los inviernos; a veces con sus fr铆os duros consiguen -de manera excepcional- helar las aguas del r铆o. Tambi茅n hay sensaciones heladoras contemplando el cauce removerse inquieto entre sus orillas cambiantes, porque el r铆o sabe que la vega dejar谩 de albergar chopos y cig眉e帽as para ser convertida en nuevo trazado de calles y casas. Ya no podr谩 conversar con las amenas alamedas y pasar谩 a reflejar la imagen de un pueblo que se crecer谩 a su costado como una herida al lado de la otra, m谩s grande, que abre la monta帽a por la Gretosa para que el tren pase con su carga de futuro a gran velocidad.
Yo no s茅 si los r铆os lloran, si se estremecen en sus lechos de truchas cuando les llegan noticias como 茅stas; pero intuyo que, al menos, nuestro Bernesga est谩 un poco triste, algo melanc贸lico encerrado en su cauce de muros y paseos, con una pizca de rebelde ansia de libertad, a帽orando sus esparcimientos por las eras o la vega cuando se pon铆a farruco con los deshielos tempranos o las lluvias pertinaces. No s茅, s贸lo espero que no vaya a mayores y se enfade de verdad reclamando sus orillas de siempre, las que le trajeron de la nieve.
Salud. |
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