Yosco
Registrado: 14 Abr 2007 Mensajes: 2234 Ubicaci髇: Leioa (Vizcaya)
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Publicado: Mie Jun 06, 2007 9:00 pm T韙ulo del mensaje: Las romer铆as del verano. |
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Las romer铆as del verano.
Todo ocurr铆a cuando los veranos, de por s铆 cortos y frescos a la tarde y noche, eran muy largos y con mediod铆as tan calurosos que concitaban el ba帽o en el r铆o de Beberino, r铆o Casares, r铆o de truchas aguas arriba y sombras de chopos a sus orillas, de rocas calizas que le sub铆an por el costado antes de encontrarse con el Bernesga y su abrazo -entonces- negro de tanto lavar carb贸n en Santa Luc铆a.
Eran veranos salpicados de romer铆as. Veranos con ocasiones para hacer una cuadrilla, preparar unas tortillas de patata, encetar el jam贸n o cortar unos trozos de cecina, un poco de embutido, y acercarse al prado donde se celebarar铆a la verbena para comprar vino y gaseosa en alguna de las tascas del recinto. Luego, a la hora m谩s o menos convenida, m谩s o menos adecuada, m谩s o menos pr贸xima al comienzo del baile, la gente se desparramaba por los alrededores, tomaba asiento en la hierba, improvisaba manteles con hojas de peri贸dico y compart铆a el condumio. La cosa era coger fuerzas para el baile de la verbena que duraba hasta las altas horas de las doce de la noche, tal vez la una de la madrugada o las dos en algunas ocasiones que se recuerden. Nada que ver con las costumbres actuales, en donde la hora de salir es lo que antes era la hora de llegar, y en donde se comparte, asiento en corro de por medio, el botell贸n de bebidas que a veces casan con el vino que entonces maridaba con la gaseosa.
Se recuerdan las verbenas de Los Barrios, las de las fiestas de Vega, las de Huergas, Buen Suceso o Nocedo, y las de Beberino. Tambi茅n se sub铆a hasta Buiza. Y se recuerdan, tambi茅n, las caminatas hasta las eras donde se organizar铆a el baile, rodeadas de casetas, alguna de tiro con escopetas de aire comprimido, alguna otra peque帽a t贸mbola con sus altavoces chillones y chirriantes, y las tascas o cantinas, construidas para la ocasi贸n con troncos de 谩rboles, tablones de madera y cubiertas con ramas o alguna lona. All铆 se despachaba vino a esgalla, tapas de escabeche con cebolla, embutidos, sobre todo chorizo, aceitunas y m谩s vino. Se llegaba con tiempo, para deshacerse del sudor y descansar un poco los pies fuera de los zapatos, con tiempo para hacer alguna broma, tirarle los tejos a alguna chica, esperar a que llegara alg煤n chico que no estaba en la cuadrilla y, en fin, con tiempo para so帽ar un poco con lo que promet铆a la noche entre cacho y cacho de tortilla. A veces se acompa帽aba la merienda con el vino en bota e incluso hubo vez que se transport贸 en un caldero.
Tal vez las cosas eran m谩s sencillas, o nos lo parecen ahora, despu茅s de tantos a帽os; pero el caso era que se encontraba la diversi贸n y el entretenimiento caminando hasta el pueblo de al lado para sentarse en un prado a compartir una merienda y volviendo m谩s o menos cuando a cada cual se le terciaba con parte de la misma compa帽铆a con que se hab铆a ido o con otra nueva que se hab铆a encontrado en la verbena entre baile y baile.
Los veraneantes, en su mayor铆a asturianos, tambi茅n formaban parte a menudo de estas celebraciones, aunque -si la ocasi贸n se presentaba propicia- tiraban unos culines de sidrina, con lo que le pon铆an un toque de costumbrismo for谩neo, aunque muy hermano, al lado del chorizo, la cecina y el vino de Le贸n.
Eran costumbres para todas las edades, a pesar de que los j贸venes las llevaban de manera algo m谩s ruidosa e improvisada que las personas maduras, que extend铆an alg煤n mantel de hilo o las toallas que hab铆an servido para tumbarse por la tarde a la orilla del r铆o, colocaban la empanada bien troceada en el centro, la ensaladilla rusa en sus tarteras y trasegaban el vino en porr贸n o en bota.
El caso es que pasamos por los veranos que trajeron el twist a convivir con el pasodoble y la jota en las romer铆as de Gord贸n, que nos paseamos los caminos de tarde y noches tan estrelladas que parec铆a que el cielo iba a reventar de luminarias y que alguna madrugada nos pill贸 de sorpresa terminando una despedida cantando por el medio del pueblo. Y eso es lo que cuenta. |
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