LEGIONENSE
Registrado: 13 Abr 2007 Mensajes: 1991 Ubicaci髇: LE脪N
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Publicado: Mie Oct 21, 2015 12:54 am T韙ulo del mensaje: El carbon de Haeda |
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El Faedo de Ci帽era de Gord贸n, un hermoso hayedo que en el a帽o 2007 recibi贸 el premio a Bosque Mejor Cuidado de Espa帽a, guarda, adem谩s de una espectacular haya con nombre propio -Fagus-, una leyenda que habla de c贸mo apareci贸 el carb贸n en estas tierras. La leyenda figura en un cartel junto a Fagus (500 a帽os de edad, 6,32 metros de per铆metro y 23 metros de altura) y dice, m谩s o menos, as铆:
Una vez me cont贸 un abuelo, que hace muchos, muchos a帽os, antes de que hubiera casas en el valle, cuando a煤n los hombres viv铆an al aire libre y los inviernos eran crudos y muy largos, viv铆a en el Faedo una bruja llamada Haeda. Ten铆a poderes sobrenaturales. Dicen que se los hab铆a otorgado el demonio pero este le advirti贸: 鈥淒ebes usarlos para hacer el mal, pues si haces el bien con ellos te consumir谩s y en tres d铆as desaparecer谩s鈥. La bruja Haeda se frot贸 las manos y se prepar贸 para hacer todo el da帽o que pudiera.
Entre La Vid y Santa Luc铆a viv铆a una familia: la madre, Mar铆a, el padre, Miguel, y nueve hijos peque帽os. Por el verano sembraban patatas, fr茅joles y lechugas pues se daban muy bien y alimentaban a sus hijos peque帽os. Pero cuando llegaba el invierno las cosas se pon铆an dif铆ciles y no ten铆an d贸nde refugiarse. Por la noche sub铆an a la cueva de los Infantes y all铆 se guarec铆an de la nieve y las heladas. Pero un d铆a nev贸 y nev贸. El viento soplaba la ladera de la monta帽a y estaba helada. Y por m谩s que Mar铆a y Miguel empujaban a sus hijos no consegu铆an llegar a la cueva mientras los ni帽os resbalaban y volv铆an a caer.
Haeda estaba sentada en Berciegos, (bien es sabido que las brujas no tienen fr铆o) y siti贸 escozor en el pecho al ver aquellos padres que no pod铆an resguardar a los ni帽os del fr铆o. Usando sus poderes, arranc贸 un mont贸n de piedras de las monta帽as y les prendi贸 fuego. Se pusieron rojas y chispeantes dando un calor agradable pero lo m谩s milagroso es que duraron prendidas toda la noche. Mar铆a y Miguel colocaron a sus hijos alrededor y durmieron toda la noche calentitos.
A la ma帽ana siguiente hab铆a un gran mont贸n de cenizas, ellos no se explicaban lo que hab铆a pasado. Aquel d铆a sigui贸 nevando, en el puerto hab铆a niebla, y el fr铆o era insoportable. Haeda pens贸 que aunque les ayudara otro d铆a a煤n le quedar铆an poderes, as铆 que volvi贸 a arrancar piedras de las monta帽as y las prendi贸, haciendo de nuevo una gran hoguera. Pasaron la noche calientes. Por la ma帽ana vieron mucha ceniza que guardaba brasas en sus entra帽as, as铆 que metieron patatas para que se asaran y los ni帽os las comieran tiernecitas.
Haeda se mir贸 en el arroyo y se vio envejecida y cansada. Estaba agotada. Pero tambi茅n estaba dispuesta a ayudarles un d铆a m谩s. Aun as铆 pensaba que aunque fuera a costa de su vida no ser铆a suficiente, dado que el invierno en estas tierras es largo y no podr铆an resistirlo.
Medit贸 y medit贸 la bruja buena y juntando las fuerzas que le quedaban hizo que todas las monta帽as del valle se llenaran de piedras que prendieran y dieran calor.
Vinieron muchas familias y fundaron un pueblo sobre aquellas cenizas. Y le llamaron Ci帽era. Desde entonces ning煤n ni帽o pas贸 fr铆o por las noches. Haeda as铆 lo quiso.
Dice el viejo que la bruja buena se fue a morir al Faedo y dej贸 mechones de pelo blanco entre las hayas. Ahora los ni帽os de Ci帽era van al Faedo de merienda y, sin saberlo, juegan y r铆en bajo la protecci贸n de Haeda, que vela para que no nos falte nunca el carb贸n. |
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