Comarca de Gordón

[prejub]

Poco más te puedo contar, ya que mis pesquisas han quedado en una noticia vista en Televisión de León muy de pasada y en la cual la información dejaba mucho que desear, lo único que quedo claro, es que en estos días habían hecho una feria en la cual ofrecían este producto.
Por ello pase a la búsqueda por estos mundos y de momento esto es lo más aclaratorio que tenemos, esperemos que con el tiempo o mejor dicho, dándonos una vuelta por Santa María que sería la mejor forma de conocer la realización de este plato.
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[Yosco]

[prejub]

No podía faltar el cartel como ya llevamos haciendo desde el principio del foro, quizás un poco tarde, pero todavía estamos a tiempo.
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[prejub]

Los sabores de León 2008

La Crónica de León

- muy interesante, para aquellos que les guste este mundo del comercio y el bebercio
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[prejub]

León
‘Tapa papón’ y ‘menú cofrade’,nuevos reclamos gastronómicos.

La Crónica de León

-Cómo me ha satisfecho esto, para el bien de nuestra gastronomía, he pensado en ponerme a trabajar en dos aspectos que suelo usar mucho y me voy a poner a ello... para ver el resultado final y si es satisfactorio, seguro que muy pronto lo podremos probar... quizás no sea en León la primera cata.
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[prejub]

...Entramos en materia

Habiendo visitado el blog de Jésus Callejo, "Callejolandia" yendo a enlaces, me encontré con esto Valderas, relatos y recetas

ACEITUNAS ALIÑADAS
CARLOS CABO
Todos los Viernes Santos, hasta donde alcanza mi memoria, fueron días de aceitunas negras aliñadas con ajo, pimentón ocal, vinagre, aceite y sal. De esos días data el juego, convertido con el tiempo en hábito, de ocultar las cosas y pedir a los demás que intenten localizarlas. La abuela, en aquella época, guardaba las aceitunas en los lugares más recónditos e insospechados, con la firme determinación de que su casa no se convirtiera en la de don Segundo, donde cada cual entraba, destapaba la olla, y daba buena cuenta de lo que en ella se hallaba, dejando para los que venían detrás un fondo de caldo en el que nadaban cuatro garbanzos huérfanos de chorizo y tocino.
A mí esa sana costumbre de casa de don Segundo me pareció siempre extraordinaria, y siempre traté de imitarla para desesperación de mi abuela que, sabedora de ello, se interponía en mi camino montando guardia permanente al lado del puchero, o enterrando en los sitios más insólitos, lejos de la vista y del sentido común, los platos cocinados con anterioridad, especialmente las aceitunas aliñadas. El celo que ella ponía en ocultar este manjar negro y brillante con un añadido de naranja y otro de huevo sobre un fondo ligeramente rojo, exigía de mí un esfuerzo equivalente a su obstinación. En el empeño de localizar las aceitunas empleé todos los recursos que tuve a mi alcance, pero sólo cuando imité a La Ligera, la perra de caza de mi tío, y rastreé con el olfato cada uno de los recovecos de la casa obtuve resultados positivos. Seguía la pista de los aromas del ajo y del vinagre con la cabeza erguida y la nariz por delante, hasta llegar una y otra vez al escondite donde se encontraban las aceitunas. Las hallé, en una ocasión, camufladas en el cajón del pan con una hogaza encima para que quien se asomase a él se diese de bruces con la evidencia de que allí no hallaría más que pan; otra vez, colgaban del techo de la despensa, ocultas en una cesta de mimbre; y hasta , un día, aparecieron encima de un armario en desuso a la salida del corral. Tengo que decir que una vez no tuve más remedio que recurrir directamente a la perra para localizarlas, pues la abuela las había sepultado en el arcón de la matanza, entre chorizos y medianas de tocino.
Cuando se producía el feliz hallazgo, ése era un momento glorioso en el que se daban cita un montón de sensaciones a cual más gratificante: la emoción del encuentro con las aceitunas tan larga y tenazmente buscadas, la satisfacción de la victoria sobre mi abuela, que cada año se superaba en la elección del lugar más recóndito e imprevisible donde esconderlas, y el placer de olerlas y sobre todo de saborearlas. Las dos primeras que metía en la boca resultaban ser con diferencia las más sabrosas, las que mejor manifestaban, de forma combinada, todos los aromas del ajo, del vinagre, de la naranja y del pimentón.
Ahora, después de muchos años, el juego al gato y al ratón con las aceitunas aliñadas no es más que un recuerdo lejano. Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que imité a la perra podenco de mi tío. Me hubiese gustado reanudar ese maravilloso juego, pero no he podido, porque la abuela ya no está entre nosotros; porque perdí el olfato de sabueso que desarrollé a lo largo de mi infancia; porque las circunstancias han cambiado, y ahora, con responsabilidades de padre, me toca a mí luchar contra la anarquía de mis hijos, que no tienen otra obsesión que la de convertir mi casa en la de don Segundo, donde cada cual campaba por sus respetos, asaltando la olla cuándo y cómo les venía en gana; y, finalmente, porque ya no sé jugar, y esto es lo que más me preocupa. ¿Será síntoma de algo? Por favor, decidme que no, aseguradme que es un mal pasajero por el que habéis pasado vosotros, y que finalmente habéis superado. Gracias por el aliento, pues lo necesito.
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RECETA

Ingredientes:
▪ 1 kilo de aceitunas negras (zapateras)
▪ 2 dientes de ajo
▪ 1 cucharilla de pimentón ocal
▪ Aceite de oliva
▪ Vinagre de vino
▪ 2 huevos cocidos
▪ 2 naranjas
Preparación:
Se ponen en una fuente las aceitunas negras. Se cuecen dos huevos y se cortan en cuartos. Se pelan y trocean dos naranjas, que se añaden, junto con los huevos, a las aceitunas. Sobre todo ello, se espolvorea una cucharadita de pimentón ocal. En un mortero se majan dos ajos a los que se les añade un chorro de vinagre y otro chorro de aceite, y se vuelca todo sobre las aceitunas, los huevos y la naranja.

De aquellos Viernes Santos en negro y violeta, además de recuerdos, guardo la receta de las aceitunas aliñadas, con la que agasajo a mis amigos siempre que puedo. Os aseguro que de estos encuentros con las aceitunas aliñadas como protagonistas no he recibido más que gracias y parabienes.
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... y aquí os dejo mí resultado, tanto gastronómico como en imágenes, puesto que siempre las había hecho con cebolla, sin vinagre, pero nunca con naranja

Buen provecho
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[Yosco]

No está mal la propuesta y el relato es simpático y entrañable. La verdad es que siempre hemos sido muy reacios a experimentar con nuestros productos y buscar sabores -si no nuevos- sí un poco diferentes.

Un par de ejemplos recientes en los que la morcilla leonesa encajó de maravilla. Aprovechando media morcilla que le sobró a una de mis hijas después de preparar unas estupendas croquetas de morcilla, a mí se me ocurrió mezclarla con unos guisantes salteados con jamón. Fue haciendo pruebas hasta que encontré el punto que más me agradaba de la mezcla y, la verdad, que funcionó estupendamente. Poco después, me encuentro que en casa se habían cocinado unas berenjenas al horno, pero la sorpresa -agradable, por supuesto- fue encontrar cómo un par de ellas estaban rellenas, en lugar de con carne picada, con morcilla leonesa, champiñones y un poco de bechamel.

No hice fotos, pero os resultará fácil de imaginar y os aseguro que también fácil de intentar hacerlo, pues no tiene más truco que el contado.

Salud.

[Yosco]

[prejub]

Amigo Yosco quizás no me he explicado bien y por ello te aclaro:
De hacer la cata, serían las aceitunas estas que he dejado, no el menú completo.
Con esto me cojo la libertad de ponerlas su nombre y después del relato de CARLOS CABO que mejor, que denominarlas: “Aceitunas Modino� y pasarlas al índice gastronómico… creo que no hay que dar muchas vueltas para saber el porqué.
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[Yosco]

EL VINO... ¡DE LEÓN!

Y para que no quepa duda, aquí os dejo esta breve historia del vino en León pillada por los recovecos de la red. ¡A vuestra salud!


Plinio ya dejó constancia de la importación de vino de Galaecia, región donde estaba incluida la actual provincia de León. Con motivo de las peregrinaciones a Santiago en el siglo XII, el vino tuvo un papel protagonista y los peregrinos fueron los introductores de algunas variantes de uva, como la Mencía berciana.

A raiz de la boda de Alfonso I con la francesa Constanza, se estableció un privilegio denominado "el estanco", que prohibía vender otro vino que no fuera el de los señores.El primer estanco data del año 1085,en Sahagún, en el Camino de Santiago; por aquel entonces al peregrino se le aconsejaba beber vino y no agua.

Muchos de los monasterios vivían de la venta del vino de su producción. El Abad de Compludo amenazó de excomunión a los vinateros por echar agua al vino.

En los siglos XIV y XV, la mayor zona de producción eran Cacabelos y Villafranca. Ya en el XVI Ponferrada pasa a la cabeza, igualándole más tarde el valle del Boeza.

El traslado de la corte de Felipe II de Valladolid a Madrid, supuso la decadencia del vino leonés, por la dificultad y encarecimiento del transporte hasta la nueva Corte. En los siglos siguientes el vino leonés adquirió fama sobre todo en la zona norte peninsular.

El siglo XIX fue nefasto. Por una parte la invasión francesa, que produjo numerosas batallas en zona de viñedos y por otro lado la plaga de la filoxera que provocó terribles pérdidas en nuestra viticultura.

Con la llegada del siglo XX resurge la actividad y una tendencia a la superación de la calidad, que ha llegado hasta hoy.

[Rodríguez]

¡Muy interesante amigo Yosco! Me llama la atención esa recomendación de beber vino en vez de agua, supongo que será porque la calidad del agua era muy deficiente, en cambio hoy en día recomiendan tomar agua todo el santo día. Y todo esto me recuerda la frase: "Si el agua destruye caminos, que no hará con los intestinos".

Sobre los vinos leoneses, ¿cuales os parecen que son los mejores?


Saludos
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Rodríguez

[prejub]

Amiga Adriana:
Con respecto a los vinos leoneses te puedo decir, que no soy muy patriota de ellos, tiendo hacia otras regiones de España, pero lo que son las cosas, en la mañana de hoy en el lugar de costumbre, donde suelo pasar un rato, me fije en esta botella y me llamo mucho la atención por su nominativo. Vino que no he probado todavía, por lo tanto no puedo dejar una opinión personal… pero a primera vista, me da que es un vino peleón, o sea de baja calidad.
Lo más impresionante es que hacen campaña de nuestros monumentos arquitectónicos más importantes, como en su tiempo se hizo de La Catedral.

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[LEGIONENSE]

A ver Prejub....tu que sabes poner fotos y cosas de esas....un vino bueno, bueno, del Bierzo..... CEPAS VIEJAS.
-Y de León, envasado por vile...... DON SUERO
-los dos los hay en varias versiones, crianza y reserva, pero los dos
son de calidad alta en cualquier caso. Saludos.

[Rodríguez]

Veamos si son estos los vinos amigo Legionense:





En Internet también mencionan los vinos Palacio de León y Palacio de los Guzmanes. Es una pena que por lo que he entendido del amigo Prejub, los vinos leoneses no se distingan, en general, por su buena calidad. Pero como en todo, hay sus excepciones y habrá que probarlas.

Saludos
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Rodríguez

[prejub]

A mandar paisano, pinchar en las fotos y encontrareis las paginas de los repectivos.
- por supuesto, ante estos vinos me tengo que desdecir...

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nota aclaratoria-Amiga Adriana:
Viendo que casi hemos coincidido en poner los mensajes, te tengo que hacer una precisión sobre el vino leonés:
Que a mí no me agrade mucho, no quiere decir que sean malos, como has visto en este post, me he tenido que desdecir por la calidad de los vinos citados.
El problema que encuentro personalmente es la acidez provocada por la mayoría de los vinos leoneses y nada más.
Lo mejor sería un día poder brindar todos juntos con unas copas de estos vinos.

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