Yosco
Registrado: 14 Abr 2007 Mensajes: 2233 Ubicación: Leioa (Vizcaya)
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Publicado: Dom Abr 22, 2007 1:47 pm Título del mensaje: Don Eugenio, GenÃn. |
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Don Eugenio, GenÃn.
Con el invierno, me vino a la memoria la imagen amable de aquel hombre pegado a su pipa, de baja estatura, afable e inquieto, que pasamos de llamarle GenÃn a don Eugenio cuando empezó a darnos clases de dibujo en el Instituto de Pola.
No sé qué tÃtulos tenÃa para dar clase, pero sà sé que se desvivió por las clases de dibujo y ayudando en la elaboración de decorados para las obras de teatro, sobre todo en las Navidades. Su inquietud y saber hacer con el dibujo y la pintura revelaban su parte más sensible y su capacidad de observación.
No sé, tampoco, si se conservarán algunas de sus obras, de las que recuerdo, sobre todo, un precioso óleo que representaba una cabeza de Jesucristo, junto con otros de crucifixiones, alguna virgen y otros paisajes de factura impecable.
Tuve ocasión de visitar su casa varias veces, de la que admiraba, además de sus pinturas, la imponente biblioteca en la que reinaba un Espasa completo de la época, más de doce o catorce de aquellos enormes tomos enciclopédicos con sus apéndices. Y la galerÃa orientada al sur en donde habÃa establecido su taller de pintura.
Cuando de guajes recorrÃamos las calles y las casas pidiendo los aguinaldos en Navidad, nunca dejábamos de ir a casa de GenÃn. Nos abrÃa la casa de par en par, nos hacÃa entrar hasta la cocina y cantar todo el repertorio de villancicos para sus hijos pequeños. Más que lo que nos podÃa dar, esos céntimos que luego nos repartÃamos entre todos, o unos polvorones, lo que más se agradecÃa era la amabilidad con que nos acogÃa y el entusiasmo con que nos escuchaba, amén del calorcito de la cocina durante aquel rato a resguardo del frÃo de las tardes y las noches del invierno de la Pola.
Eran años difÃciles para todos; don Eugenio tenÃa familia numerosa y buen humor. Lo recuerdo como un hombre positivo y con algunos guiños de comprensión para con los estudiantes, como cuando -no sé muy bien cómo- en el instituto se promovió una especie de huelga o plantón para reivindicar la construcción de un campo de fútbol o de deportes. Durante unos dÃas nos negábamos a subir a las clases una vez terminado el tiempo del recreo. Recuerdo a don Eugenio asomado a una de las ventanas mandándonos subir a voz en grito mientras que nos hacÃa gestos de que aguantáramos en el patio y no subiéramos. Ahora me hace sonreir la anécdota, pero entonces esos gestos le daban un valor añadido a nuestras acciones y nos sentÃamos respaldados en una reivindicación que tardarÃa años en verse satisfecha.
En fÃn, sé que hace tiempo que don Eugenio nos ha dejado. Pero me ha gustado recordarlo y dedicarle este pequeño homenaje. Tal vez otras personas también lo recuerden y nos traigan alguna anécdota de este hombre que nunca apartaba la pipa de la boca, bajo aquel bigote que no disimulaba su sonrisa. |
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