|
Comarca de Gordón Tu Foro de consulta y opinión
|
Ver tema anterior :: Ver siguiente tema |
Autor |
Mensaje |
VillarÃn
Registrado: 13 Abr 2007 Mensajes: 452
|
Publicado: Sab Abr 21, 2007 10:59 pm Título del mensaje: Mi primer pueblo infancia |
|
|
MI PRIMER PUEBLO INFANCIA
(Los Barrios de Gordón)
Pueblo erguido desgastado por los siglos.
Pueblo empinado, austero, resistente.
Pueblo benigno podado de gentes.
Pueblo adarme en los anales de la historia.
Pueblo enterrado en el olvido de los mapas.
Pueblo de acero torreón, gigante en nada.
Pueblo perfecto en el silencio.
Pueblo de sosegado derroche.
Pueblo hecho de sutiles robusteces.
Pueblo fortÃsima devoción de mi montaña.
Inolvidable pueblo mÃo en que me nacieron.
Manojo de recuerdos inolvidables
Que no envejecen en mi corazón.
¡Ay, los infantiles años!
Amado pueblo mÃo:
¿Recuerdas el acento de nuestra voz de niño?
¿Y las ruinas del hogar perdido?
¿Y el agua cristalina de los viejos caños?
¿Y la nevada cumbre?
¿Y el cielo de la noche?
¡Oh, cuántos recuerdos!
Que doquiera me siguen
Con ternura de apetecible vuelta.
¡Amo la tierra, el campo, los animales!
¡Ay, y a las desaparecidas gentes campesinas!
¡Venid conmigo y con aquel niño!
¡Mirad lo que he visto con mis ojos!
¡Ved lo que llevo en el corazón!
Hombres sencillos.
Casal apiñado.
Arrebol vespertino.
Humo cenizoso.
Montes nevados.
Celajes en el cielo.
Turbión de estrellas.
Luz que amengua.
Lágrimas del rocÃo.
Lozana campiña.
Paseos junto al almiar.
Amasijo de yerbas olorosas.
Ãguilas reales sobre los picachos.
Arroyos transparentes.
Caños de agua fresca.
Estiércol sustancioso.
Tierras minúsculas labradas.
Ganados en los verdes campos.
Algún caballo relinchando.
Novillas rojas soberanas.
Ubres de vacas apacentadas.
Ubres de ovejas algodonadas.
Ubres de cabras retozonas.
BlanquÃsima leche nevada.
Olor a cuadra bienoliente.
Olor a heno divino.
Olor a tomillo.
Hemina. CelemÃn. Arroba.
Perales injertados.
Esquejes fértiles.
Estaca de fresno.
Sangrantes moras.
Zarzas a la orilla del sendero.
Cardo estéril vivo.
Nidos de pájaros.
Bandada de palomas.
Sombras de olmos frondosos.
Varas de duros avellanos.
Piel curtida por los recios aires.
Infancia apartada del mundo.
(...)
Y palabras, palabras ya silentes...
Palabras crucificadas por el olvido...
Abeseo, alamares, amurniar, colombrones...
Cuchiflitos, encaño, esgañar, estil...
Esparabanes, excolumbrar, flecho, güevo, manada...
Pregancias, rebojo, sentón, secaño, talonjo...
Exilio de palabras... Abatidas al alba...
Ecos de melancólica despedida...
¡Ay, amor vivo rodeado de palabras muertas!
¡Cuánta nostalgia, cuántas imágenes, cuánta complicidad!
Ahora, ¡pueblo mÃo!, peregrino soy realizando un corto viaje por la Tierra.
Pero a tus andantes caminos sin firma, volveré descalzo.
SÃ, volveré a lo menudo, a lo simple, a tu humilde existir de quietud.
A ver en la sonochada la estrella secreta que me pertenece.
SÃ, volveré a tu dulce amparo: sencillo, puro y claro.
Para beber en ti la última gota de mi luz.
Para que descanse en ti mi memoria mortal.
Para que me abraces hacia dentro de ti, al cabo.
VillarÃn
Ultima edición por VillarÃn el Mar Jun 24, 2008 9:45 pm; editado 1 vez |
|
Volver arriba |
|
|
Yosco
Registrado: 14 Abr 2007 Mensajes: 2233 Ubicación: Leioa (Vizcaya)
|
Publicado: Dom Abr 22, 2007 1:04 pm Título del mensaje: |
|
|
LOS BARRIOS DE GORDÓN.
Amigo VillarÃn, me has dejado mudo con la lectura de esta exaltación de Los Barrios. Nos has transportado por todas las sensaciones, colores, olores y sabores de la tierra, con fuerza y una vitalidad contagiosas.
Amén de otros méritos literarios del poema -muchos y notables- me quedo con esta descripción que sale de dentro y muestra a cualquiera cómo son, fueron, puede que sean, Los Barrios. Aunque nunca haya pisado sus calles. Y que invita a conocerlo.
Mi enhorabuena.
Salud. |
|
Volver arriba |
|
|
VillarÃn
Registrado: 13 Abr 2007 Mensajes: 452
|
Publicado: Mie Abr 13, 2016 2:40 pm Título del mensaje: REMEMBRANZA |
|
|
Cada alma tiene su propia infancia
Rememorar es profundizar en nuestra propia identidad
REMEMBRANZA
Inolvidable infancia, de indestructible primavera…
De rostros y sonrisas de arremangado pueblo llano
De boinas sobre la cabeza y pañuelos negros sobre los cabellos
Mi memoria exhala añoranza de aquella vida vivida
De aquellas gentes de suaves afectos y de cálidos abrazos
De aquel mundo de vida sencilla y fácil de entender
Rememoro personas, actos y gestos, faenas y afanes sin vanos solaces
Siluetas de aldea, caminos y senderos, cuestas y callejuelas, luz lÃvida
Costumbres heredadas y aprendidas, mocerÃo de ojos regocijados
Y el placer de ver el cultivo del campo y contemplar huertas y frutales
Azadones y escardillos, hoces y podaderas, esquejes, injertos, sarmientos
Arados y surcos, esparcidas simientes, estiércol, humedad de la tierra
Evoco praderas, siegas y guadañas, yunques y cabruñas, recogida de la hierba
Eras y trillas, horcas y rastros, ardiente estÃo, aires sutiles, dilatado cielo
Y alegres canciones populares, de clara voz, gaita chifla, tamboril y pandereta
Acordanza de establos, de carros y vacas, asnos y alforjas, bueyes y argollas
Aves en el corral, cerdos, cabritos, corderos, manadas de yeguas alazanas
Retengo bramidos, rebuznos, cacareos, gruñidos, balidos, relinches
Memoro rÃos, regatos, charcas, mimbreras, juncos de los ribazos
En el agua vi truchas, ranas, renacuajos, culebras, insectos, larvas
Y en el aire pájaros y mariposas que van y vienen a lomos de liviana brisa
Tengo imagen de brañas, de chozos, pastores, rebaños, esquilas, mastines
De potros para herrar, añosas rejas de arado, forjas y labras de herrero
Detalles de varas de fresno, vareo de castaños, manojo de flores silvestres
Vuelvo los ojos a mostajos, nogales, avellanos, ciruelos, manzanos, perales
A robles y chopos, hayas y encinas, a pilas de leña, a sombras de siestas
Urces, helechos, abrojos, espinos, zarzas, té de roca, orégano, tomillo
Altas peñas, aire puro y ventoso, aire y sol, montes y valles, lomas y solanas
Albura de la escarcha, verdes prados, sabrosos pastos, cigüeñas en la vega
Hojas doradas por el otoño, frÃas tardes, primeras nevadas, rastros del zorro
Llevo dentro de mà el incomparable tiempo de la infancia, de muchos gozos
Sensaciones que nunca me abandonarán en la vida, por larga que sea
Paisajes y parajes, olores, colores, lluvias, vientos, nieblas, invernadas
Un mundo confiado, de espÃritu honrado y digno asoma a mi recuerdo
Un mundo valioso, sin rodelas, contento, de ingenua felicidad, no lo niego
Si habÃa torvos, engreÃdos, rencillosos, bribones o detestables, yo no los conocÃ
La realidad siempre fue amable y nada entonces me decepcionó
Aquella pródiga infancia natal inofensiva me hechizó, y aprendà buenas cosas
Y constante está ahÃ, con el dÃa de hoy, jugando un papel de savia nutricia
Recuerdos dulces y claros, bellos y fuertes, en mis lares, un dÃa de abril
Si no me falta la vida, en mi vejez, volveré a mi inseparable origen
¡Oh lejanÃsima infancia, patria de mis cimientos de hombre…! |
|
Volver arriba |
|
|
VillarÃn
Registrado: 13 Abr 2007 Mensajes: 452
|
Publicado: Jue Nov 23, 2023 3:24 pm Título del mensaje: |
|
|
RaÃces vivas. Las fértiles infancias…
La infancia no es la vida que se pierde en un continuado olvido. Con mi infancia nunca ha habido brecha, nunca vacÃo; con ella he conservado, a través del tiempo, la más cordial amistad, por asà decir. La infancia es decisiva, es fértil simiente. En mi infancia no hay nada único, está llena de nimiedades y, aunque poca cosa, estoy bien seguro de que me hace provecho, porque no fue desventurada, sino isla de felicidad. En ella todo empezó; aprendà a andar, a hablar, a leer, a escribir...; más tarde a borronear sueños, una tarde de primavera, un dÃa de sol. En esa liviandad está el punto de partida de mi maduración personal, pues no hay hombre sin infancia. Bien sé que esa felicidad no les sucede a muchos niños, que llevan cicatrices de cuchilladas en el alma, como estamos viendo en estos coléricos dÃas, en Oriente Medio.
Aun transfigurada por los años, la infancia me permea, me acuna, vive en mÃ, con paisajes, con rostros, con figuras, con sitios, con la luz impalpable de los dÃas y del errante viento; a veces, en imágenes borrosas, vagas y evanescentes; a veces, con sensaciones e impresiones de hechos vividos; a veces, de elementos visuales, auditivos, olfativos y gustativos; también, en el primer lenguaje tejido con palabras humildes, de primitiva pureza, de sabor a rústico terruño: trébede, pajar, heno, pesebre, surco, azada, desterronar, braña, chozo, alforja, serón, albarda, chivo, jato, trillo, caño, negrillo, fresno, avellano, sardón, urce… Y brotando como una semilla silvestre, otras enramadas palabras vestigio del leonés local, que sobrevivÃan en mi familia.
Yo soy hijo de esa infancia, amorosa, dulce mÃa, indeleble como el amor. En las pequeñas cosas cotidianas, de sencillez elemental, está la importancia inmensa de la infancia, determinante de un modo de entender la vida. Uno cambia, pero la esencia es siempre la misma. La infancia ha impregnado mi sensibilidad y la formación del carácter. El tono sobrio de mi vida, la consideración a las personas, la sencillez en el trato y en la palabra, el orden esencial moral de convivencia, el aire de las cosas justas, el gusto por la naturaleza, me vienen de ese tiempo y de ese ambiente circundante. La infancia nunca muere del todo, si nos fue bien, su recuerdo perdura dulcemente en nuestras vidas.
Alguna vez que otra, en medio de las preocupaciones y afanes, me escapo de la linealidad temporal de la existencia y, en la necesidad del silencio, pasándome revista a mà mismo, me reveo de nuevo, por aquÃ, por allÃ, y me rememoro con la voz, el rumor y el clarÃn de mi infancia hermosa. La vida rural, con sus simples maneras y trazas, y el contacto con la naturaleza, fueron ingredientes vitales de mi niñez. Luego llegó la adolescencia, con su universo más amplio, con el proceso de individualización, con la apertura de la mente, con vislumbre de inquietudes, de dudas, de anhelos… Más tarde, ya en Madrid, nuevas ideas, nuevas posibilidades, nuevos horizontes, abierto a otras costumbres y culturas, y a un quehacer personal más intenso, sin huecos del tiempo.
Ciertamente, cambiamos con la edad y con las circunstancias, que hacen que comprendamos la vida de otro modo, pero las raÃces cuentan en todo el desarrollo de la vida y esas sensaciones primeras, psicológicamente tiene mucha importancia en mÃ. Con los años he asimilado eso que llaman la gran cultura, en un grado relativamente alto, pero nunca dejé de respirar el aire libre de los campos y el espÃritu humano de aquellos moradores rurales, de vida sencilla, llana, natural, que conocà en su verdadero ser.
Ahora es cuando recuerdo más aquellos dÃas lejanos, de vida de pueblo, que son de afirmación gozosa de la infancia irrepetible, que siempre celebraré, por ser mi identidad original, mis risas y contentos de ayer, aunque, hoy ese lado, atemperado por el sentido común, lo contemplo sin el candor rústico, sin equÃvocas idealizaciones, sin acercamiento melancólico, sin narcisismo localista, sin sacralización del terruño, pero bajo las mismas viejas emociones de entonces, de latido Ãntimo. Si se olvidan los recuerdos de infancia, uno llega a empobrecer mucho su vida; en el bien entendido, recordar no es querer volver para atrás.
VillarÃn |
|
Volver arriba |
|
|
Yosco
Registrado: 14 Abr 2007 Mensajes: 2233 Ubicación: Leioa (Vizcaya)
|
Publicado: Dom Nov 26, 2023 10:17 pm Título del mensaje: |
|
|
Recordar es volver a pasar por el corazón, y todo lo estupendamente relatado y confesado en tu escrito es esa vida que vuelve a inyectar el entusiasmo y la alegrÃa de vivir. Nuestra única y verdadera patria es nuestra infancia, amigo VillarÃn. Un abrazo otoñal. _________________ Bitácora LUCERNARIOS:
Acerca de la luz por la poesÃa.
.
Bitácora ÃnsuLa CerBantaria |
|
Volver arriba |
|
|
|
|
No puede crear mensajes No puede responder temas No puede editar sus mensajes No puede borrar sus mensajes No puede votar en encuestas
|
Powered by phpBB © 2001, 2005 phpBB Group
|